El primitivo cristianismo en Menorca

Historia de Menorca

Orígenes

No existen noticias de quién ni cuándo predicó por vez primera el Evangelio en Menorca. La situación geográfica de la isla hace suponer que fue en los primeros tiempos del cristianismo, tal vez en la misma época apostólica. Los navíos que en aquellos tiempos recorrían el Mediterráneo, o bien iban costeando los litorales de Europa o de África, o bien cruzaban el mar de isla en isla: de Palestina a Chipre, a Creta, las islas griegas, Sicilia, Cerdeña, las Baleares, hasta arribar a los puertos españoles.

 

La Catedral de Ciudadela, uno de los elementos más importantes del Cristianismo en Menorca

La Catedral de Ciudadela, uno de los elementos más importantes del Cristianismo en Menorca

La carta del obispo Severo de Menorca

En medio de la oscuridad de aquellos tiempos remotos, iluminado por un instante el estado floreciente de la cristiandad menorquina, brilla un documento importantísimo para nuestra historia: la carta encíclica -es decir, dirigida a todo el mundo cristiano- del obispo Severo de Menorca y escrita el mes de febrero del año 417. Es esta carta la noble ejecutoria de la diócesis menorquina y el documento cristiano más antiguo de las Baleares.

El obispo Severo residía en Jammona, pero ejercía jurisdicción sobre los fieles de toda la isla -caso curioso en que las iglesias eran locales y no territoriales; sin duda el escaso número de cristianos de Magona hiciera innecesario el ministerio de un obispo permanente, o hubiera solo allí un presbítero o diácono-. El obispo acude con prudencia a Magona para venerar las reliquias de San Esteban protomártir traídas por Paulo Orosio a su paso hacia la península, y en dicha ciudad tiene controversias bíblicas con los judíos que dominan en el "Municipium Magontanum"; tras varias vicisitudes se convierten los 540 judíos magontanos que se bautizan en la fiesta de Pascua.

En su proceder y en su escrito demuestra el obispo Severo una gran influencia de San Agustín, que en aquella misma época regía su diócesis de Hipona en el norte de África. Severo nos informa también de su iglesia: su clero, los monjes, las vírgenes, el pueblo fiel que, al enterarse de que su obispo acude a Magona, va en tropel detrás del pastor, y toma parte activa en la liturgia y el canto de los salmos, y colabora eficazmente en la conversión de los infieles magontanos. También son muy interesantes los datos que nos proporciona la carta sobre la situación de Menorca, su extensión, sus características físicas (la pequeñez, la aspereza, los bosques, las cuevas.), sus ciudades, la situación jurídica de los judíos.

Por ser la figura y la carta de Severo tan importantes para la historia diocesana de Menorca, en la restauración de la Catedral se colocaron a los lados de la cátedra del Prelado unas palabras latinas que significan: "En el siglo V tenía su Sede en Ciudadela el Obispo Severo".

San Esteban

San Esteban

Basílicas paleocristianas

Junto a la carta del obispo Severo varios monumentos dan fe del antiguo esplendor de la primitiva cristiandad menorquina, como la Basílica de Son Bou, la Basílica des Fornàs de Torrelló o la Basílica de la Isla del Rei.

Basílicas Paleocristianas

  • Restos arqueológicos de la Basílica Paleocristiana de Son Bou no-movil
  • Restos arqueológicos de Basílica Paleocristiana de Es Fornás de Torrelló no-movil
  • Basílica de la Isla del Rey, Menorca no-movil
Fuente de imágenes: www.islahospitalmenorca.org y www.commons.wikimedia.org